El gobierno colonial

En todas las fases del desarrollo colonial, una característica notable es la falta del poder de control por el gobierno Inglés. Todas las colonias, salvo Georgia, surgieron como empresas de los accionistas o propietarios feudales como derivados de las cartas otorgadas por la Corona. El hecho de que el rey había transferido su soberanía inmediata en los asentamientos del Nuevo Mundo a las sociedades, significa que los colonos en los Estados Unidos eran necesariamente libres de control externo. Bajo los términos de la Carta de la Compañía de Virginia, por ejemplo, toda la autoridad gubernamental estaba en manos de las propias. Sin embargo, la corona esperaba  que la compañía residente en Inglaterra mantuviera una regla absoluta del rey. 

 Por su parte, las colonias nunca habían pensado en sí mismos como subordinados. Más bien, se considera principalmente como repúblicas o estados, al igual que la propia Inglaterra y solo con un informe ocasional a las autoridades en Londres.

  En 1618, la Compañía de Virginia dio instrucciones a su gobernador nombró a condición de que los habitantes libres de las plantaciones deben elegir a sus representantes para unirse con el gobernador y un consejo de nombramiento para las ordenanzas del bienestar de la colonia.

Estas medidas resultaron ser algunos de los de mayor alcance en todo el período colonial. A partir de entonces, que era generalmente aceptado que los colonos tenían derecho a participar en su propio gobierno. En la mayoría de los casos, el rey, tomaría las futuras subvenciones. Por lo tanto, las cartas otorgado a los Calvert en Maryland, William Penn en Pennsylvania, los propietarios en el Norte y Carolina del Sur y los propietarios en Nueva Jersey se especifica que la legislación debe ser aprobada con "el consentimiento de los hombres libres."

En Nueva Inglaterra, desde hace muchos años, no había un auto-gobierno como en las otras colonias. A bordo del Mayflower , los peregrinos adoptaron un instrumento de gobierno llamado el "Pacto del Mayflower" a "nosotros mismos combinarlos para crear un cuerpo civil, político de nuestro mejor ordenamiento y conservación ... y en virtud del mismo a promulgar y constituir el marco de tales leyes justas e iguales, ordenanzas, leyes, constituciones, y las demás ... como se pensaba que la mayoría debía reunirse para el bien general de la colonia ...."

Aunque no existía una base legal para los peregrinos de establecer un sistema de auto-gobierno, la acción no fue impugnada y, en virtud del pacto, los colonos de Plymouth fueron capaces durante muchos años para llevar a cabo sus propios asuntos sin interferencia externa.

Una situación similar se desarrolló en la Massachusetts Bay Company, que había sido dado el derecho de gobernarse a sí misma. Por lo tanto, toda la autoridad estaba en manos de personas que residen en la colonia. Al principio, los miembros de la docena de originales de la compañía que había llegado a Estados Unidos intentaron gobernar autocráticamente. Pero los otros colonos pronto exigieron tener voz en los asuntos públicos e indicó que esa actitud daría lugar a una migración masiva.

Ante esta amenaza, los miembros de la compañía cedieron  el control del gobierno, pasó a los representantes electos. Posteriormente, otras colonias de Nueva Inglaterra - tales como Connecticut y Rhode Island - también lograron convertirse en autónomos, simplemente afirmando que estaban más allá de cualquier autoridad gubernamental, y con la creación de su propio sistema político el modelo de  los peregrinos en Plymouth .

Sólo en dos casos fue la prohibición de auto-gobierno. Estas fueron Nueva York, la cual fue otorgada al hermano de Carlos II, el duque de York (más tarde para convertirse en el rey James II) , y Georgia, que fue concedido a un grupo  en ambos casos, las disposiciones para el gobierno fueron de corta duración, para los colonos demandaron una representación legislativa con tanta insistencia que las autoridades pronto cedieron.

Con el tiempo la mayoría de las colonias se convirtieron en colonias reales, pero en la segunda mitad del siglo 17, el inglés se disfrazó demasiado por la Guerra Civil (1642-1649) y puritanos de Oliver Cromwell, la Commonwealth y el Protectorado de aplicar una política colonial efectiva. Después de la restauración de Carlos II y la dinastía de los Estuardo en 1660, Inglaterra tenía más oportunidad de asistir a la administración colonial,  sin embargo, era ineficiente y no tenían un plan coherente, y las colonias se quedaron en gran parte a su propia suerte.

Y la lejanía que ofrecía  un vasto océano también el control de las colonias difíciles. A esto se suma el carácter de la propia vida a principios de los Estados Unidos. De países limitado en el espacio y salpicado de ciudades populosas, los colonos habían llegado a una tierra de alcance aparentemente interminable. En un continente, las condiciones naturales promovió un recio e  individualismo, la gente se acostumbró a tomar sus propias decisiones. Los gobiernos penetraron en el país muy lentamente, y las condiciones de anarquía, con frecuencia prevalecen en la frontera.

Sin embargo, la asunción de un gobierno autónomo en las colonias no fue del todo indiscutible. En el año de 1670, los Señores del Comercio y Colonias, y un comité real establecido para hacer cumplir el sistema mercantil en las colonias, se trasladaron a anular la carta de la bahía de Massachusetts, porque la colonia se resistían a la política económica del gobierno. James II en 1685 aprobó una propuesta para crear un dominio de Nueva Inglaterra y las colonias  al sur, a través de Nueva Jersey bajo su jurisdicción, por lo tanto reforzar el control de la Corona sobre toda la región. Un gobernador real, Sir Edmund Andros, implementó una serie de medidas duras y encarceló a los que se resistieron.

Cuando la noticia de la Revolución Gloriosa (1688-1689) que derrocó a Jacobo II llegó a Boston, la población se rebeló y encarcelado a Andros. Bajo una nueva carta, Massachusetts y Plymouth se unieron por primera vez en 1691 como la colonia real de la Bahía de Massachusetts. Las otras colonias que habían caído bajo el dominio de Nueva Inglaterra rápidamente se instalaron en sus gobiernos anteriores.

La Revolución Gloriosa tuvo otros efectos positivos en las colonias. La Carta de Derechos y la Ley de Tolerancia de 1689, se afirmó  libertad de culto para los cristianos y los límites de cumplimiento de la Corona. Igualmente importante, John Locke Segundo Tratado sobre el Gobierno (1690) se establece una teoría de gobierno no se basa en el derecho divino, pero en el contrato, y sostuvo que las personas, dotados de derechos naturales de la vida, la libertad y la propiedad, tiene el derecho a rebelarse cuando los gobiernos violan estos derechos naturales.

La política colonial en el siglo 18 se parecía a la política de Inglaterra en el siglo 17. La Revolución Gloriosa afirmó la supremacía del Parlamento, pero los gobernadores coloniales trataron de ejercer los poderes en las colonias que el rey había perdido en Inglaterra. Las asambleas coloniales, tanto de los acontecimientos en Inglaterra, trataron de hacer valer sus "derechos" y "libertades". Por el siglo 18, las legislaturas coloniales llevaron a cabo dos importantes facultades similares a las celebradas por el Parlamento Inglés: el derecho al voto en los impuestos y gastos, y el derecho de iniciativa legislativa y no sólo actuar sobre las propuestas del gobernador. Las legislaturas utilizaron estos derechos para controlar el poder de los gobernadores reales y pasar otras medidas para expandir su poder e influencia.

Los enfrentamientos recurrentes entre el gobernador y el montaje trabajado cada vez más para despertar a los colonos a la divergencia entre los intereses estadounidenses y los ingleses. En muchos casos, las autoridades reales no entendían la importancia de lo que las asambleas coloniales estaban haciendo y simplemente los abandonaban. Sin embargo, estos actos precedentes establecidos y los principios  con el tiempo se convirtieron en parte de la "constitución" de las colonias.

De esta manera, las legislaturas coloniales establecieron el derecho de auto-gobierno. Con el tiempo, el centro de la administración colonial cambió de Londres a las capitales de provincia.

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